El tema de la condición de la comunidad LGBTTTI está recuperando importantes espacios en cuanto a reconocimiento de sus derechos civiles en últimas fechas. Cada vez se hace más común, observar a través de los medios de comunicación, no sin cierto morbo, que cierto actor, actriz o cantante, finalmente ha salido del closet y decide hacerlo público.
Opiniones diversas, palabras cargadas de desprecio o decepción, etiquetas e incluso indiferencia, no se hacen esperar. No obstante, es innegable, que sea cual fuere la razón por la que cada vez más personas deciden afirmar y reafirmar para sí mismos (y para el público en general) su orientación sexual, trae consecuencias positivas en pro de más personas con opción distinta a la heterosexual.
No es de extrañar, que grupos conservadores (o de ultraderecha) no hagan esperar opiniones desagradables y hasta hirientes en contra de las personas pertenecientes a la comunidad LGBTTTI, lo que para los homofóbicos y otros grupos, resulta una formal invitación para violentar moral y físicamente a estas personas, sin distinciones de clase alguna.
Personalmente, no puedo afirmar que no haya sido víctima de los prejuicios inculcados hacia la comunidad LGBTTTI, durante años y socialmente hablando, durante generaciones. Sin embargo, sí puedo decir que no tengo problema alguno para interactuar con estas personas, pues considero que no existe diferencia alguna ya que seguimos siendo seres humanos, iguales en dignidad y derechos.
Soy consciente de que en relación a la tolerancia, existe aquella denominada pasiva y activa y no me asumo como un tolerante pasivo, ya que desde niño, en el municipio del cuál soy originario, estuve en constante convivencia tanto con hombres como mujeres homosexuales, y en la actualidad, dos de mis amistades más preciadas, son un hombre y una mujer de esta comunidad.
Los artículos consultados son enriquecedores en cuanto a información y cumplen cabalmente con el fin para el que se han hecho, y es precisamente que al conocer a profundidad las circunstancias y condiciones que enfrentan diariamente estas personas, aquellos que simplemente discriminamos por sistema o en automático, podemos contar con el dimensionamiento real del asunto, lo que gradualmente desvanece los prejuicios. Pues son en realidad éstos, los prejuicios, los que inciden negativamente en las comunidades o grupos considerados mayoritarios, para generar etiquetas y actos continuados de violencia y discriminación.
Resulta en verdad alarmante, que una herramienta tan sencilla como lo es el lenguaje, tenga tanto peso, al grado de ser uno de los responsables de los constructos sociales.
En particular, debido al papel que me toca desarrollar dentro de la asociación civil de que estoy a cargo, aunado a cursos de sexualidad, autoestima y liderazgo que me han solicitado impartir, he estado en relación frecuente con los textos generados por el CONAPRED para documentarme, siendo consciente de que el hecho de presentar discapacidad, no quiere decir que excluya la posibilidad de también tener una opción distinta a la heterosexual.
Además, al impartir un curso tan sensible como lo es la sexualidad, los prejuicios hacia la comunidad LGBTTTI, necesariamente deben dejarse fuera, pues lejos de construir una sociedad armónica y diversa en su tejido, podrían incitarse conductas negativas de no contar con la información adecuada.
Respecto a los movimientos sociales, defensa y conquista de derechos civiles, todavía hay mucha controversia, principalmente en lo concerniente a la adopción de menores. Los prejuicios han permeado trágicamente casi todos los estratos sociales, e incluso existe la opinión casi generalizada de que las conductas pueden trasmitirse generando confusión en el niño o niña respecto a su sexualidad, induciendo que en el futuro exista una comunidad LGBTTTI más grande.
Particularmente ilustrativos resultan a este respecto, los textos de “Disidencia sexual e identidades sexuales y genéricas”, así como “Carta a mis padres”, donde se aborda muy claramente, los distintos factores que enfrenta una persona con discapacidad Trans, la idea sobre un cuerpo que no le pertenece y este ejemplo, ayuda mucho a los niños a comprender en qué situación se encontrarían si cierto día despertaran en un cuerpo con sexo contrario.
Las sociedades, inevitablemente están trascendiendo las fronteras. Indudablemente la globalización está proponiendo y buscando pautas homogéneas de conducta enfocadas al respeto, garantía, ejercicio y justiciabilidad plena de los derechos humanos.
Aceptar y no solo tolerar sino que interactuar con la diversidad, parafraseando a Dean, seguro sentará las bases para una convivencia pacífica y armoniosa en una sociedad de conozca y reconozca la diversidad como una característica que enriquece a cada ser humano y con cada uno, a toda la sociedad.
